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El juego simbólico. Juguemos a ser humanos.
El juego simbólico es una de las actividades preferidas de los niños. Dicho de modo un tanto simplista, consiste en fingir que durante su transcurso una situación no real, lo es. Así los niños imaginan ser personas que realmente no son, encontrarse en situaciones en las que no están, o vivir en lugares que sólo existen en sus sueños.
Se inicia alrededor de los dos años y suele tener una importancia muy alta hasta aproximadamente el fin de la etapa educativa infantil, cuando se comienzan a priorizar juegos con reglas específicas.
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La literatura en la infancia. En defensa del carácter literario de la literatura.
Leer es bueno para los niños. Al menos eso es lo que oímos sin parar. En cualquier conversación en la que entra en juego el tema, que los niños lean y tomen contacto con los libros se convierte en algo imprescindible en boca de todos. Y esto es así a pesar de que la realidad es que tanto adultos como niños leemos mucho menos de lo que sería óptimo.
Pero ¿qué hace realmente la literatura? Si tanto ayuda al desarrollo deberíamos poder nombrar aspectos concretos del mismo en los que tenga repercusión.
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¿Se deberían eliminar los cuentos clásicos de colegios y bibliotecas?
En los últimos días las noticias acerca de la eliminación de un gran número de cuentos infantiles de la biblioteca de un colegio en Barcelona se ha hecho casi viral. Al menos así lo hemos sentido los que nos fijamos en noticias como esta, que afectan a los más pequeños de la casa. Y la polémica está servida. ¿Se deberían eliminar los cuentos clásicos de colegios y bibliotecas?
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Educación versus obediencia.
¿Queremos que nuestros hijos (o alumnos en el caso de los educadores) nos obedezcan? Parece una pregunta sencilla pero tiene más implicaciones de las que en principio solemos apreciar. Por un lado, nosotros somos los adultos y por tanto los responsables de su bienestar y educación. Somos los que sabemos lo que es mejor para ellos y somos quienes, en la mayor parte de ocasiones, tomamos las decisiones. Pero cuando pedimos a un niño que haga o no haga algo y sigue nuestra indicación, lo que interviene (o debería intervenir) es la educación y la confianza, no la obediencia.
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¿Cómo elijo una escuela infantil?
Lamento comenzar este artículo confesando de antemano que yo no tengo la clave para elegir la mejor escuela infantil. Esa elección dependerá de muchos factores que cada progenitor deberá valorar y ponderar, tales como cercanía y comodidad a la hora de llevarlos al centro, metodología impartida, importe económico y muchos más. Pero si nos centramos en la educación que van a recibir los niños, sí que podemos fijarnos en unas cuantas cosas. Tener, por así decirlo, un “abc” de la buena escuela que os ayude a escoger entre las muchas ofertas que existen.