-
Experiencias en la infancia.
La infancia ha dejado de ser una época de la vida compuesta por tierra, rasguños en las rodillas y juegos que no salían del parque que quedase más cerca de casa. Es posible que nunca lo haya sido, pero así es como yo viví la mía y como muchos de los que ahora pasamos ya sobradamente la edad adulta recordamos que es. Nuestras experiencias se limitaban al entorno más cercano y los viajes familiares consistían en visitas a los abuelos.
-
Qué podemos hacer ante una rabieta.
Hace unas semanas hablamos sobre qué es una rabieta y aprendimos más sobre esa frustración del niño ante un deseo que no puede cumplir. Comentamos su vinculación al desarrollo del niño y comprendimos que, cuando un niño sufre una rabieta, la regulación de su comportamiento no le es posible. El niño es incapaz de controlar la rabieta porque su cerebro emocional (concretamente la amígdala) ha tomado el control. Se han desconectado las conexiones con la parte racional del cerebro.
-
¿Qué es una rabieta?
Tras un artículo en el que hablaba de las rabietas en los adultos, algunas personas me han preguntado qué es exactamente una rabieta. Porque es cierto que, a pesar de que en la infancia son muy comunes y que todos los que tratamos con niños las vemos y vivimos, no siempre sabemos qué está sucediendo realmente cuando se presenta una rabieta.
-
Las rabietas, también en los adultos.
Las rabietas, las terribles rabietas, las temidas rabietas… ¿Qué son las rabietas? Pues una rabieta no es otra cosa que la expresión de la frustración del niño ante un deseo que no puede cumplir. Así de sencillo y así de difícil de llevar en muchas ocasiones. Porque cuando un niño monta un numerito en medio de la calle se pasa muy mal. Un niño siempre, claro, que nosotros, los adultos no hacemos esas cosas. ¿O sí?
-
Educación emocional (III). Las emociones negativas.
El tercer y último artículo de la trilogía sobre educación emocional ya está aquí y en esta ocasión vamos a centrarnos en las emociones negativas. Ya dijimos al hablar sobre las emociones positivas que la denominación, tanto de unas como de otras, tiene trampa. ¿Por qué? Pues porque las emociones no son buenas ni malas de por sí. Las emociones son neutras. No existen unas emociones más válidas que otras y todas ellas son necesarias. Son necesarias en cuanto a naturales, adaptativas y apropiadas en determinados momentos y situaciones vitales.
En ese caso, ¿a qué llamamos emociones negativas? Pues llamamos así a aquellas emociones que nos hacen sentir mal. Porque si es cierto que son emociones totalmente válidas, también lo es que no son agradables. Como emociones que son, se presentan de forma inmediata y potente, haciendo que se desencadenen en nosotros un montón de sensaciones. Para los adultos esas sensaciones son viejas conocidas, pero para los niños son en muchas ocasiones completamente nuevas.